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Muchas personas, organismos, instituciones, nos invitan a leer.
Es un excelente consejo cuya concreción resulta en una experiencia enriquecedora.
Algunos libros son más recomendados que otros.
Si observamos a las distintas religiones, filosofías o ideologías, veremos que cada una de ellas tiene su libro de cabecera que le es propio y le otorga cierta identidad peculiar.
Por otro lado, encontramos autores de gran talento que escribieron textos considerados obras fundamentales de la literatura o de las ciencias.
Hay infinidad de volúmenes.
Basta entrar a una biblioteca pública o a una gran librería para darse cuenta de la enorme cantidad que pueblan sus anaqueles. Miles y miles.
Es inimaginable un espacio físico en este mundo que pueda contener a todos los libros impresos desde los comienzos de la humanidad hasta nuestros días.
Tú puedes acceder a la lectura de muchos buenos libros; por ejemplo, a todos los clásicos existentes.
Aún más. Existen quienes tienen la capacidad y el tiempo suficientes para leer más que cualquier otro ser humano en este mundo y se transforman en los más cultos o instruidos de su época.
La lectura es fundamental, no hay dudas. Quien no aprende a leer no aprende a pensar.
No obstante, quiero decirte que entre todos los libros que puedas leer, hay uno que debes conocer de memoria. Uno que debes obligarte a releer todos los días sin desmayo.
Es el único libro que te prepara plenamente para vivir.
La cantidad de otros que hayas leído, aunque fuera abrumadora, no cambia el resultado final si no dedicas tu vida a leer este libro.
Es fundamental, único, irrepetible.
Está escrito expresamente para ti.
Cuanto más lo leas más lo conocerás y más te sorprenderás con todo lo que él tiene para enseñarte.
Y, ¿Sabes cuál es ese libro?
Ese libro eres Tú.
Daniel Adrián Madeiro
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